¿Sabías que las células de tu piel libran una batalla todos los días?
El estrés oxidativo es un proceso normal y cotidiano para las células. Se origina en la interacción con el medio ambiente, los alimentos que consumimos y nuestro estilo de vida. Provoca efectos nocivos para nuestro organismo, como detonar el envejecimiento prematuro. Y es un proceso durante el cual se liberan las moléculas que conocemos como radicales libres, mismas que desgastan poco a poco las células.
Un estudio realizado hace poco en Chile destaca que los radicales libres se liberan durante el proceso del metabolismo. No obstante, también lo hacen por la acción de contaminantes ambientales y radiaciones (rayos UV, principalmente). Asimismo, se relaciona con el consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias.
Aunque su impacto se podría pensar microscópico, lo cierto es que el estrés oxidativo afecta, entre otras cosas, a nuestra piel. Puede causar incluso efectos que se perciben a simple vista: manchas, flacidez, arrugas y en general todos los factores que asociamos al envejecimiento.
Afortunadamente, la ciencia ha avanzado para ayudar a la piel a librar la batalla contra los radicales libres a través de los antioxidantes. Son elementos valiosos que ayudan a compensar el desgaste de las células y retardar sus efectos.
Esto, sin mencionar la importancia de los antioxidantes en el tratamiento de enfermedades crónico degenerativas como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y las neurodegenerativas.
Antioxidantes en la piel: fuentes de juventud
Estos antioxidantes también se encuentran en la naturaleza y en algunos alimentos que se recomienda integrar de forma cotidiana en la dieta.
Las fresas, el té verde y el té negro, los cítricos (limón y naranja, principalmente). También la tuna, el arándano, la uva, el jitomate y el vino tinto, con moderación. Son solo algunos ejemplos de alimentos y bebidas que proveen, de forma natural, antioxidantes a nuestro organismo.
La industria farmacéutica, por otro lado, nos tiende una mano con las cremas, geles o sueros que contienen antioxidantes en sus fórmulas y son de aplicación cutánea o tópica.
Si bien hay alimentos que ayudan con la generación de antioxidantes, los productos dermatológicos optimizan sus efectos. Esto se debe a la aplicación directa sobre la piel y a que contrarrestan las posibles consecuencias de algunos procesos digestivos, como el pH del estómago.
A lo anterior habría que agregar dos factores importantes de generación de antioxidantes para el cuerpo: el ejercicio y el descanso. Para el primero es importante pensar en ejercicio aeróbico. En el segundo, se debe tomar en cuenta el sueño suficiente y de calidad para afrontar el estrés derivado de nuestras actividades diarias. Esto, independientemente de a qué nos dediquemos.
¿Cuándo consumir antioxidantes? ¡Empieza hoy mismo!
Al hablar de factores de envejecimiento, es común tomarlo en cuenta a partir del arribo a la edad adulta. Sin embargo, se trata de una problemática presente en todo momento de nuestras vidas. No hay día que no estemos expuestos a los agentes que detonan a los radicales libres.
Si buscas asesoría de especialistas en el cuidado de la piel, toma en cuenta que el tratamiento no se limita a las características evidentes de la misma. Tampoco al enfoque sobre las imperfecciones. Más bien debe partir de una visión integral, que irá desde los hábitos, la alimentación, el estilo de vida y las opciones que existen para conjugar todo eso en favor de la calidad de la piel.
* La autora es titular del área de Dermatología en la Clínica Helénica.
Cuenta con una trayectoria orientada a la dermatooncología y la cirugía dermatóloga de alta especialidad, así como en dermatología estética. Es egresada de la Universidad Anáhuac.
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