¿Qué tienen en común la toxina botulínica y los fillers? Ambos son sustancias que se inyectan para mejorar la apariencia de la piel. Los dos son procedimientos mínimamente invasivos y se utilizan para reducir los signos de la edad, pero también tienen muchas diferencias que los distinguen, principalmente porque sus funciones son distintas.
Revisemos juntos las particularidades de cada tratamiento.
Toxina botulínica, ¿qué es?
La toxina botulínica es una neurotoxina derivada de Clostridium botulinum, una bacteria inofensiva que se encuentra en muchos entornos naturales.
Aprobada por la FDA, la toxina botulínica se utiliza como tratamiento cosmético y también para tratar algunas afecciones musculares, pues su función es paralizar temporalmente un músculo objetivo.
Cuando se utiliza para atenuar las líneas de expresión, el procedimiento toma alrededor de 10 minutos y los resultados se pueden apreciar en una o dos semanas. La cantidad de toxina botulínica que se inyecta en el área de tratamiento depende de cada paciente y se puede ajustar para obtener una apariencia joven, tonificada y natural. Sin embargo, también puede recomendarse a pacientes con sudoración excesiva en axilas y manos, o para reducir espasmos musculares.
¿Quién es el candidato ideal para este tratamiento?
El candidato ideal es aquel que tiene arrugas de moderadas a severas o ciertas afecciones musculares, goza de buena salud y que tiene expectativas realistas sobre los resultados.
Por el contrario, si el paciente es alérgico a ciertas neurotoxinas, tiene alguna infección en la piel, existe un embarazo o está amamantando, no se recomienda la aplicación de toxina botulínica.
Antes del procedimiento, el paciente debe asistir a una valoración con su médico para determinar el curso de tratamiento adecuado en función de sus necesidades y objetivos.
¿Puede haber efectos secundarios?
Lo más común es tener un poco de dolor en la zona de inyección, pero desaparece a las pocas horas. También puede haber moretones, entumecimiento e inflamación. Otros efectos adversos muy poco comunes son dolores de cabeza, náusea y disfagia.
Y los fillers, ¿qué son?
Los fillers o rellenos dérmicos son sustancias inyectables y biocompatibles que se aplican en diferentes zonas de la cara, principalmente, para proporcionar volumen y corregir arrugas, surcos y cicatrices. Además, pueden dar mayor proyección y definición al rostro, mejorando sus facciones y forma. Los fillers también se utilizan para suavizar las ojeras profundas, levantar los pómulos, agregar volumen a los labios y pliegues nasolabiales, entre otras posibilidades.
Los fillers son diferentes de la toxina botulínica porque agregan volumen al área de tratamiento. Existen muchos tipos de rellenos en el mercado y pueden ser temporales o permanentes, además de clasificarse de acuerdo con su composición. Normalmente se recomienda la aplicación de fillers temporales a medida que se presentan los signos de la edad.
¿Quién es el candidato ideal para este tratamiento?
El candidato ideal para los rellenos dérmicos es aquel que quiere mejorar el aspecto de su cara, lograr un efecto de rejuvenecimiento y recuperar volumen en ciertas zonas del rostro, por ejemplo, debajo de los ojos, en los labios y surcos. Los fillers también pueden utilizarse para realizar remodelaciones nasales, rellenar cicatrices atróficas de acné o como auxiliar en el tratamiento de
rejuvenecimiento de manos.
De la misma manera que con otros procedimientos, el paciente debe asistir a una valoración médica previa al tratamiento para seleccionar el relleno adecuado según sus necesidades y objetivos.
¿Puede haber efectos secundarios?
Es normal que inmediatamente después del tratamiento exista enrojecimiento, ligera inflamación y pequeños hematomas en la zona de inyección, pero estas reacciones desaparecen a los pocos días. Otras complicaciones menos frecuentes son la visualización del material de relleno o una apariencia voluminosa exagerada. Esto ocurre por una mala técnica de aplicación del relleno, por lo que es muy importante asistir a clínicas reconocidas, certificadas y avaladas con personal médico de alta especialidad.
Toxina botulínica vs fillers, el veredicto final
Tanto la toxina botulínica como los rellenos dérmicos son excelentes para combatir los signos de la edad, por lo que se complementan muy bien en un ciclo de tratamiento de rejuvenecimiento. Por ejemplo, se puede utilizar la toxina para corregir las patas de gallo y los fillers para disimular las líneas finas alrededor de la boca.
Sin embargo, es muy común que los pacientes no estén seguros del tratamiento que necesitan, por lo que siempre se recomienda que asistan a una consulta para conocer todas sus opciones, que el médico evalúe sus necesidades y los ayude a tomar una decisión informada.
Te invitamos a conocer Helénica; somos una clínica estética de primer nivel y utilizamos las técnicas más innovadoras de Beverly Hills. Contamos con tecnología exclusiva en la Ciudad de México y entre nuestros tratamientos se encuentran la toxina botulínica, rellenos dérmicos, hilos tensores, BBL, Halo y muchos más.
Nuestras instalaciones son elegantes, modernas y acogedoras, y llevamos a cabo todas las medidas de higiene para ofrecerte una experiencia única y segura. Además, nuestro personal médico está altamente calificado y te acompañarán durante todo el proceso del tratamiento para garantizar excelentes resultados y tu total satisfacción.
¡Entremos en contacto! Agenda una valoración gratuita aquí.